Para nosotras las videntes es esencial saber que nuestra labor tiene un efecto en las personas. Me gusta mantener el contacto espiritual y emocional contigo después de la llamada para comprobar que estás bien.
Siento las emociones más que ninguna otra persona. Soy sensible a lo que piensan y sienten los demás, de modo que sus sensaciones traspasan mi piel y me permiten conectar con ellos.
Sé que las mujeres que me han llamado han encontrado la respuesta que llevaban largo tiempo buscando y, gracias a eso, puedo sentirlas y me hacen feliz.